Haz una visita previa
Antes de acudir a consulta para iniciar cualquier tratamiento es recomendable que te acerques hasta la clínica para conocer a los profesionales y las instalaciones. En esta primera toma de contacto puedes exponerles tu temor y las situaciones que te provocan ansiedad. Esto te servirá para familiarizarte con el entorno antes de tu próxima visita.
Comienza con un tratamiento simple
Nuestra fobia puede convertirse en un problema si no la abordamos con cautela. Por esta razón, nuestra segunda visita al dentista debe centrarse en una exploración más sencilla como una revisión o limpieza dental.
Música para relajarte
Utilizar nuestros auriculares para escuchar canciones que nos devuelvan la serenidad en momentos de nerviosismo. Nos permitirá sentirnos más relajados y cómodos durante el tratamiento.
Acuerda una señal de aviso
Todos conocen nuestra ansiedad y buscarán siempre nuestra comodidad en la consulta. Pero ahora, podemos pactar una señal de aviso por si necesitamos detener el tratamiento. De nuevo la comunicación entre paciente y profesional es fundamental.
Acude a tu cita puntual
Elegir las primeras horas de la mañana permite no tener tiempo para pensar en la consulta y sobre todo, no tener que esperar en la clínica. Es la mejor forma de evitar situaciones estresantes que puedan generarnos un alto grado de nerviosismo.